Por fin había llegado el día. Al abrir los ojos su primer pensamiento fue para él.
Se levantó de su lecho de arena, donde su figura había quedado dibujada. Hacía viento y su larga melena ondeaba dejándose besar por este. Sus ojos miraban más allá del horizonte presos del ansia. El mar estaba en calma, sólo se oía el rumor que hacían las olas rompiendo en la arena. Las gaviotas volaban por encima de su cabeza cortando el cielo.
Las horas iban pasando hasta que comenzó a llegar el ocaso.
Mientras el sol caminaba hacia su cama, ella se fue desponjándo de sus vestiduras y,con cada prenda que caía, su ansia de libertad eras más profunda y el deseo del reencuentro cegaba su mente.
Caminando hacia la orilla, sus pies tocaron el agua y un escalofrío de placer recorrió su cuerpo. Su mirada fija en el horizonte esperaba.... y el momento llegó; lo vio surgir del agua...el pelo húmedo sobre su rostro, la mirada fija en ella y una sonrisa escrita en sus labios...Allí estaba y ella, frente a él,comenzó a caminar poco a poco hacia adelante, cada vez más torpe, mientras las escamas iban cubriendo su cuerpo hasta la cintura.
El último trayecto lo hizo moviendo su cola y, entrelazándola con la de el, se fundieron en el más ardiente abrazo en las profundidades marinas......
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