Me he despertado congelada. Te habías ido unas horas y mi cuerpo se resentía.
Miré para la puerta de la terraza y la lluvia empapaba el suelo.
Pero ni con tormentas ni tempestades se que dejarás de acudir a mi lado, y te vi arrastrado por el viento en una gran cometa.
Aterrizaste en mi terraza, y dejándola allí, te has venido a meter en mi cama.
¿Cómo haces para estar siempre caliente?.
Me abrazas por la espalda y me pegas mucho a ti, tanto, que yo he comenzado a sentir tu calor, y el frío se ha ido bien lejos.
Ahora mismo quemo, y tú lo sabes. Ahora mismo la humedad me empapa y tú lo sabes.
Lo sabes y sonríes porque eso es lo que quieres conseguir cada vez que te mentes en mi cama y me abrazas por la espalda pegándome mucho a ti.
Y yo me dejo, si, dejo que me abraces, aunque tus manos no estén nunca quietas, aunque comiencen a recorrer mi cuerpo, aunque... Eso es lo que deseas, es lo que deseo.
Y la lluvia sigue cayendo y el nuevo día comienza a nacer, mientras en nuestra cama nos seguimos abrazando...
Dedicado a las mil y una noches con "Alex".
Donde vivo ahora puedo ver el mar tumbado desde la cama. No imagino manera mejor de estar que poder contemplar en el invierno una tormenta abrazado a una persona de la que se está enamorado. Es algo mágico, sobrenatural, parece un sueño.
ResponderEliminar¿Sabes que en algunos países asiáticos las cometas representan el espíritu, la libertad?
Maravillosa entrada que invita mucho a soñar, mucho.
Besos mil.
Espero de corazón que veas el mar abrazado a tu amor,
ResponderEliminarMil besos meniño.