Te entregué mi alma, te entregué mi cuerpo.
Lo has ido besando con tus lábios calientes, y me he rendido a tu boca.
Me dolía el amor y pensaba que así era. Me dolía y seguí entregándome toda a ti, toda, por entero.
Has llegado a mi sexo y he abierto mis lábios a los tuyos.
Con los dientes has asido mi clítorís y con rábia me lo has arrancado de cuajo.
Querías caparme para que no fuera de nadie.
Querías marcharte dejándome muerta.
Lo que tú no sabes, es que yo no amo con mi entrepierna, como tú lo haces. Yo amo con mi alma y jamás podrás con ella, jamás te la podrás llevar por mucho que no lo entiendas.
Es un texto duro, apasionado, valiente. Comprendo lo que quieres decir, cómo no voy a comprenderlo si soy hombre y he sido de esa forma durante muchos años. Pero una mujer me enseñó a amar con el corazón. Ella ya no está. Pero yo no sabría amar de otra manera. Si lo hiciera.
ResponderEliminarBesos.
Enhorabuena a esa mujer meniño. A esa mujer que te enseñó a amar como tiene que ser.
ResponderEliminarConste que no me creo que tu fueses así...eres demasiado sensible, así que mira bien y seguro que estas equivocado, eh?
Aún me dura el sabor de chocolate de tu beso, así que te lo vuelvo a pasar y acabaremos pringosos... mua.