Sentada en su cama, sintió la necesidad de coger aquella cajita, que tan celosamente guardaba.
La acarició, la llevó a su corazón y después la besó.
Mientras la miraba, un escalofrío placentero recorríó todos los poros de su piel.
La abrió con cuidado para que nada se derramase y cerró los ojos.
Con sus labios saboreó el sabor de su piel.
Su olfato se cubrió de jazmín y deseo.
Sus manos abrazaban con fuerza y después acariciaban el rostro.
Se sintió adormecer mientras la envolvía el susurro de su voz.
Se dejó acariciar , dejó que sus cinco sentidos fuesen poseídos por él.
Cuando abrió los ojos, estos brillaban con intensidad.
Cerró la cajita, protegiendo así su mayor tesoro y la metió bajo la almohada, durmiéndose con una sonrisa en la cara.
Me gusta esa cajita mágica...
ResponderEliminarFelicidades por tu escrito... muy lindo.
Y gracias por pasa por mi galeon.
A mi también me gusta PICOBUFI , tanto que la guardo como un gran tesoro.
ResponderEliminarEres el primero que ha pisado este blog.
Gracias por compartir mis noches de soledad.
Un beso.