Recopilación de una vida pasada. Sentimientos compartidos, sensaciones profundas llevadas a las letras.

De vez en cuando se mira hacia atrás, aunque no se olvida el presente y se van abriendo puertas hacia el futuro.



El amor llega a aquel que espera, aunque lo hayan decepcionado, a aquel que aún cree, aunque haya sido traicionado, a aquel que todavía necesita amar, aunque antes haya sido lastimado y a aquel que tiene el coraje y la fe para construir la confianza de nuevo. (Frase anonima)

viernes, 4 de junio de 2010

NO HIZO FALTA NADA MAS



Lo necesitaba, necesitaba un cuerpo cerca, un cuerpo que le hiciese sentir viva de nuevo ; sentir que su piel se erizaba al contacto del calor de un hombre.
Hacía meses que se había divorciado y el dolor no le había dejado pensar en nada más que es su nueva soledad, pero ahora sentía esa necesidad que hacía tanto tiempo que no tenía; la de sentirse deseada en los ojos de un hombre y ella poderla corresponder con la suya. Pero tantos años de castidad, le negaban tal pensamiento, era pecado, porque aún se sentía esclava de su pasado.
Pero su deseo fue creciendo con el tiempo hasta que se hizo insoportable. Tenía que liberarse y volver a sentirse mujer.
De repente apareció él, ¿por qué no?,se preguntó. Era una buena manera de comenzar sin sentirse tan culpable. La distancia que los separaba era un seguro y su amistad otra protección. Así, que con miedo, pero con decisión se lo pidió abiertamente.
-Acercate a mi, a un paso, los dos de pie. Acercate más pero deja un película de aire que separe nuestros cuerpos; sólo siente mi calor y yo sentiré el tuyo. Ahora acerca tu cara a la mía, pero no me toques, sólo acercate e imagina que sientes mi piel.
Él la miraba asombrado, pero seguía sus peticiones como si de mandamientos se tratasen.
-Ven, acercate a mis labios, que casi se rocen, pero no lo hagas; deja el espacio suficiente como para que pueden temblar. Siente mi respiración en tu rostro y yo sentiré la tuya.
Así se quedaron en silencio unos minutos , que parecieron una eternidad.
Por fin lo había conseguido; era un buen comienzo, aunque un vacío quedase en medio.
Ella abrió los ojos y retrocediendo el pidió que se fuese, pero él no le hizo caso y en silencio la seguía mirando ya no con sorpresa, sino que con deseo.
Se dio cuenta de que la seguridad que en un principio había sentido se acababa por segundos y, sorprendida ahora ella, se vio reflejada en él como en un espejo.
Temblorosa retrocedió hacia atrás, hasta que su cuerpo tropezó con la pared de la habitación; ya no podía escapar más.
Él la seguía mirando pero ya con ojos de felino y comenzó a avanzar hasta acorralarla; abrió su brazos y colocó una mano a cada lado de la pared, dejándola a ella en medio.
Se acercó, se acercó mucho, tanto como al principio ella le había pedido, pero no la tocaba, respetando la distancia suficiente para que sólo sus auras hicieses contacto.
Un calor axfisiante comenzó a desprenderse de sus cuerpos, de todos los poros de su piel y una nube de humedad recorrió la pequeña distancia que los separaba y las ropas que les cubrían.
Sus respiraciones se agitaban cada vez más, sus labios temblaban, sus ojos se cerraron; sólo los unía la proximidad, el calor, la humedad y el latir de sus corazones que sentían estallar en su pecho. Se estaban quemando, ardían el llamas, llamas húmedas.
Comenzaron a gemir a unisono, uno cara el otro, sin sentir el rozar de sus cuerpos, pero no les hacía falta; el deseo y el placer eran tan fuertes, que fueron suficiente como para sentir el mayor éxtasis de sus vidas hasta que su piernas dejaron de sostenerles.
Cayeron al suelo, donde sí sintieron la necesidad de sentir sus cuerpos y abrazándose fuerte mente se quedaron dormidos.

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